El sistema financiero mexicano se define como el conjunto de autoridad de regulación y supervisión. Son intermediarios financieros bancarios y no bancarios, en donde interviene el mercado generando, captando, administrando, orientando y dirigiendo tanto el ahorro como la inversión de entidades de apoyo, de servicios complementarios o auxiliares a dichos intermediarios.
En el sistema financiero los intermediarios arbitran entre las preferencias de los usuarios del crédito y de los proveedores de ahorro, así se crea liquidez y seguridad, estos intermediarios pueden contraer pasivos financieros en concordancia, los activos que adquieren y mantienen, así de esta manera captan recursos del público ofreciendo combinaciones de seguridad, liquidez y rendimiento conforme a las demandas de los inversionistas y colocan esos recursos y condiciones que a la vez se adecuan a los requerimientos de quienes solicitan financiamiento.
Es así como los intermediarios financieros realizan servicios en la economía de cualquier país, debido a que movilizan ahorro, evalúan proyectos, colaboran con empresas, facilitan transacciones y manejan riesgos al contactar agentes superavitarios y deficitarios de recursos, para así permitir cierto nivel de correspondencia entre su oferta y su demanda. Debido a que los intermediarios financieros tienen relación directa en el endeudamiento y el desarrollo del país, la actividad de intermediación financiera que ellos realizan se considera de interés público, por lo que es una actividad reservada a ciertos grupos que requieren de autorización formal.