Este término se utiliza para describir una condición en la cual una persona o empresa tiene un nivel alto de endeudamiento que pone en riesgo su capacidad de pago ante sus créditos. El tener deudas no es sinónimo de sobreendeudamiento, por lo que es importante conocer las diferencias y cómo detectar si estás en alguna de esta situación.
¿Cuál es la diferencia entre endeudamiento y sobreendeudamiento?
Cuando contraemos compromisos financieros adquirimos deudas, esto no quiere decir que estemos sobreendeudados, sobre todo porque contamos con la capacidad de pago para cubrir las mensualidades que estos productos requieren.
Cuando el dinero que ingresamos no es suficiente para cubrir esos compromisos, entonces estamos en sobreendeudamiento, esto tiene consecuencias graves que debemos evitar. En si, el endeudamiento se refiere a la acción de contraer deudas. Las deudas son un conjunto de obligaciones que una persona o empresa tiene que pagar a otra persona o institución, generalmente esta deuda es dinero.
Por ejemplo: Cuando solicitamos más préstamos o financiamientos de los que podemos pagar, tenemos exceso de deudas, es ahí cuando hemos caído en sobreendeudamiento.
¿Cuáles son las consecuencias del sobreendeudamiento?
- No cumplir a tiempo y en forma los pagos a tus créditos.
- Incertidumbre financiera.
- Estrés, preocupación o cualquier tipo de malestar físico o emocional que te genera no poder cumplir con tus compromisos financieros.
- Una mala calificación en tu historial crediticio.
- Repercusiones en las solicitudes de créditos que realices en el futuro.
- Procesos de cobranza.
¿Cómo evitar el sobreendeudamiento?
Elabora un presupuesto
Una de las formas para evitar el sobreendeudamiento está en algo tan sencillo como el presupuesto. Si no tienes claro tus ingresos y gastos, enfócate en cómo saber cuál es tu capacidad de pago.
Antes de tramitar un préstamo o de pagar con nuestra tarjeta de crédito, debemos saber cuál es nuestro margen para los pagos que vamos a tener que realizar.
Paga oportunamente tus créditos
La organización es una pieza clave, en ocasiones por no tener agendada la fecha de pago de tu tarjeta o de tu préstamo puedes terminar pagando comisiones o más intereses de los que consideraste.